miércoles, 30 de abril de 2014

Producción de prensa. Segunda parte

Síntesis conceptual

Cómo se fabrican las noticias


Identificar la tesis o idea principal

El libro de Cómo Se Fabrican Las Noticias del autor Manuel López, hace referente a las cuestiones pertinentes al trabajo periodístico, desarrolladas en los capítulos 3, 4, 7, de dicho libro, en el que se plantea: la selección, inclusión, exclusión y por último la jerarquización con respecto a las noticias cuando llegan a la sala de redacción. Por otra parte en el capítulo 4 se describe las funciones del «guardabarreras» que es un vigilante individual del sistema comunicativo global, pues es él, que da origen a la producción de las noticias. Al respecto conviene decir que en el capítulo 7 tiene que ver con la agenda temática la cual es el compendio de noticias, reportajes, crónicas, entrevistas, artículos, editoriales, informes, imágenes que publica o emite un medio. Al margen de lo anterior, la agenda temática produce una actualidad periodística que le es propia, característica, autónoma e irrepetible, con el fin de ser veraz y oportuna en el contexto social desde lo micro a lo macro de una ciudad y país.


La estructura argumentativa

Aquí he de referirme también a los tres capítulos del libro Cómo Se Fabrican Las Noticias, en que busca analizar los engranajes de la producción periodística a partir de ciertas premisas que va a enganchar al público en un constante día a día para que esté informado de hechos relevantes, por ello, las premisas deben tener ciertos ingredientes: actualidad, proximidad, consecuencias, relevancia personal, rareza, conflicto, emoción y progreso.

Cierto es que, a diario llegan a los medios de comunicación millares de noticas desde todos los rincones del territorio nacional e internacional en los que está el reportero raso. Este manojo de información debe pasar por varios filtros en que se decidirá que entra y que no en el circuito informativo.

Luego de producir la primera jerarquización de interés público se pasa a una jerarquía de prioridades, es decir, que es lo que saldría día a día, semana tras semana mes tras mes, dependiendo desde luego de su relevancia y su factor de actualidad.

De esta circunstancia nace el hecho de que, en el interior de los medios de comunicación hay diversos sistemas en relación a la producción final, de esto se desprende una red administrativa de periodistas asignados en diferentes roles como son los de información, opinión y edición, los cuales tienen  a su vez otros periodistas con cargos de bajo rango que son los especialistas, columnistas y diagramadores; estos son un abanico de periodistas que están en pro de seguir los lineamientos de los jefes de sección quienes tienen actualizadas sus agendas, la que se llama: agenda personal y agenda del medio. Las cuales son prioritarias para el enriquecimiento de las noticias.

Hablar de la criticidad

Al hacer el análisis de los capítulos correspondientes al libro Cómo Se Fabrican Las Noticias, el cual el autor explora de forma sistemática los engranajes de la recolección, edición y publicación de las noticas como se indicó en ítems anteriores. Deja claro que un periodista debe ser un agudo observador y desde luego, le compete manejar con precisión la técnica periodística y la táctica de un reportero; haciendo alusión a “la carta a García”. Por con siguiente las técnicas narrativas periodísticas, son una herramienta como lo dice el libro para estar actualizado con respecto a los temas de interés público. Sin embargo, la técnica no siempre va ligada a los interés políticos o empresariales, que a diario sesgan la información, debido a algunos estatutos de las organizaciones como también leyes y normas de las casas de redacción, así mismo  las de condicionantes  económicos, gubernamentales y sindicales. Queda por preguntarse ante esto: ¿los medios de comunicación son uno de los pilares básico de una sociedad abierta, plural y libre?


Planteamiento del texto que suscite controversia

Corresponde decir que el libro Cómo Se Fabrican Las Noticias, aparte de dejar claro la normatividad de un medio comunicativo; hace entrever que el periodista puede expresarse de forma literaria, gráfica, infográfica, audiofónica y televisiva. Es significativa la importancia que tiene su abanico del oficio de ser periodista, como dice Tuchman, es conocer con agudeza de detective  las historias pertinentes en el millar de noticias que llegan a las salas de redacción. Es el  perfeccionar la intuición para comprender en cada lectura de las noticias que acontecimiento puede ser de relevancia, en relación a los interés singulares de los públicos relativos. Lo anterior entonces, a vista de pájaro se ve acorde a los lineamientos que se buscan para periódico, una revista o un medio radial o televisivo. No obstante, la novedad noticiosa hace que se borde el punto fronterizo entre lo amarillista y lo sensacionalista. Dándole solo importancia aquello  que no siempre va dirigido a informar sino más a promulgar tanto la relevancia de un hecho que deja de lado hechos que a su vez son importantes para un público de cierta zona geográfica. Es decir, algunos medios comunicativos por cuestiones de interés político o empresarial se desmandan en hacer noticias que terminan siendo de consumo más no de toma de conciencia ante un hecho singular. Con todo esto, me quiero referir a que hay temas relevantes como también hay temas de constante actualidad y aunque no son novedad, algunos periodistas buscan en pro de competir, la novedad noticiosa, sabiendo que en esencia lo que hace importante la noticia no es que informe sino que concientice, por eso importante que las noticias tenga un en enfoque pedagógico y un toque de punto de narrativo que enganche a los lectores, televidente, y radioescuchas.

Intertextualidad

Con lo que se lleva hasta ahora, los capítulos 3, 4, 7; hacen alusión al trabajo  conductual del paso a paso para llevar  a término las noticias sea en un medio impreso, visual o digital. Ese paso a paso  es plausible relacionarlo con una de la asignatura de la carrera de comunicación social.
Y es la de epistemología, en la que trata cómo el método científico es posible aplicarlo en las investigaciones de comunicación. Método en que consiste en observar, demostrar, experimentar, y validar, lo datos de una investigación.

Es estimable, dejar claro que tanto el método periodístico y científico se hacen en pro de la veracidad de la información de un hecho que le compete a una comunidad. He aquí en pocas palabras como, ambos pueden fusionarse para dar una fehaciente realidad al lector, televidente o radioescucha.



Temas para la producción de prensa

X
Lo siguiente fueron los temas que no se tomaron para el periódico Sextante. Ante esto se creó otro que estuviera referido al bicentenario de Antioquia. Se da entonces el tema del movimiento el nadaísmo y de sus hipótesis de si aún hay vigencia en los jóvenes.

Temas para la producción de prensa

1
Para el periódico sextante, considero el hablar de dos temas que son de actualidad constante y uno de ellos es la censura y autocensura que en ocasiones sucede en el interior de las salas de redacción y en el entorno de las esferas políticas y empresariales, las que de algún modo asignan o sesgan la información noticiosa. Es cierto que la libre expresión está amparada en la Constitución Política que señala en su artículo 73: “la actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional”.

2
Otro de los temas que se pueden desarrollar es la protección y manejo de fuentes, que hace alusión a la información que el periodista consigna en su agenda temática que tiene que ver con “la personal que es la de los hechos susceptibles de convertirse en noticias con el objeto de nutrir la primera fase de la producción periodística. La otra agenda es la del medio, en la que se anota los hechos surgidos en las últimas horas y, al mismo tiempo, hechos que serán noticia dentro de unos días, semanas o meses”.

3
El siguiente tema es los oficios (manual o intelectual), aquellos que a diario vemos en las calles, en las casas, en los barrios: Barbero, Fontanero, Prostitución, Lustra botas, Sepulturero, Zapatero. Que son asuntos humanos y de ciudad que a veces pasan inadvertidos. Hay un retorno a lo real y maravilloso que puede hallarse en un barrio, en el pasar por una barbería clásica, en las voces de los vendedores desde fresas hasta chicles por el pasaje peatonal Carabobo. Es una suerte de memoria de esos paisas que a diario le dan ese toque del andariego que rebusca  a diario su pan diario.


Ideas y fuentes

IX
IDEAS Y FUENTES

Ideas
Sustento
Almacenamiento
El nadaísmo es despojarse de toda ideología, diálogos prefabricados y empezar en la desnudez que es la nada, empezar a construir nuevos advenimientos culturales para crear un nombre nuevo, justo, digno y creativo
Entrevista, realizada a uno de los miembros del movimiento literario el nadaísmo. El médico cirujano juan Fernando Uribe
Grabación realizada el martes 17 de septiembre
Anécdotas concluyentes de lo que fueron los nadaísta en los años 50 hasta el 70
Valencia Elmo. Bodas sin oro cincuentas años del nadaísmo. Edición y producción editorial Rocca. 2010
Libro, en el que se cuenta los cincuenta años de lo que fue el nadaísmo para su época.
El nadaísmo en el contexto social y político de los años 50, 60 y 70
Periódicos de la época
Hemerotecas en las que se ubicará la historia de Medellín
Si el nadaísmo ha muerto, hay alguna posibilidad que los jóvenes vuelvan a incursionar en sus filas para levantar el yugo de lo que es “normal”
Entrevista, realizado en septiembre de 2013 al artista plástico Mario Sánchez
Grabación realizada el martes 24 de septiembre
La sociedad ha evolucionado en un factor individualista y un hedonismo mal entendido
Entrevista, realizada a uno de los miembros del movimiento literario el nadaísmo. El médico cirujano juan Fernando Uribe
Grabación realizada el martes 17 de septiembre
Hipótesis: El nadaísmo con las décadas se ha desvanecido con sus manifiestos que no han hecho en los jóvenes crear un nuevo movimiento poético. Es posible que haya muerto con el pasar de las décadas no se ve ni siquiera la sombra de Gonzalo. Marcó la historia antioqueña. Ha muerto Gonzalo su voz queda en Obra Negra.
Gonzalo Arango, libro Obra Negra
Obra negra. Santa Fe de Bogotá, Plaza & Janés, primera edición en Colombia, abril de 1993. 

Fuentes:
  1. Uribe Juan Fernando. Médico general. Amigo cercano de los Nadaístas a principio de los 70. Entrevistado para el artículo acerca del Nadaísmo, el día 17 de septiembre a las 4 de la tarde. Medellín 2013

  1. Valencia Elmo. Bodas sin oro cincuentas años del nadaísmo. Edición y producción editorial Rocca. 2010

  1. Entrevista al artista plástico Mario Sánchez, el 24 de septiembre, en la que se le preguntó acerca del nadaísmo y su pensamiento caricaturesco.

  1. libro Gonzalo Arango. Nada de Antología, una compilación de textos “casi inéditos y casi antológicos del fundador del nadaísmo” y egresado del Liceo de la Universidad de Antioquia. La compilación fue realizada por el docente de la misma institución José Luis Restrepo.

  1. Arango Gonzalo. Obra negra. Santa Fe de Bogotá, Plaza & Janés, primera edición en Colombia, abril de 1993.


Esto no es nada

VIII
En este recorrido de escritura, se ha venido notando análisis de importancia de referente a la veracidad, a la memoria, a reaccionar y decir lo que es correcto y no. Aquello que en algún momento dije. Se está en una permanencia de violencia simbólica, en donde todo aquello que se ve, es natural, la verdad es, le precede una manipulación, es evidente en lo televisivo, lo político, lo social, e incluso en lo periodístico. De ahí, el haber expuesto las ideas anteriormente con respecto a un movimiento netamente antioqueño. Ahora bien, se ha de continuar con el artículo tipo informe, el cual no fue seleccionado para sextante por cuestiones de políticas internas que ente caso no he de mencionar, no son pertinentes.

ESTO NO ES NADA

Hace 53 años nació el movimiento literario el Nadaísmo, pensamiento iconoclasta, con su fundador un joven de Andes llamado Gonzalo Arango, dispuesto a movilizar las mentes de los ‘pacatos’, que impusieron sus normas y doctrinas desde la consigna: miedo a Dios.

El nadaísmo congregaba gente a su “idea de sacudir los cráneos agusanados de poder y mercantilismo de la época”, afirma el artista plástico Mario Sánchez. Es de este modo que los jóvenes de ese momento no estaban de acuerdo con los atropellos la mojigatería, el hombre-máquina, el abuso de poder. Los Nadaístas debían manifestarse.

El movimiento literario, el Nadaísmo, sus orígenes se conforman por el poeta Jorge Gaitán Durán y revista cultural Mito. También el político, asesinado en el 48 Jorge Eliecer Gaitán candidato a la República de Colombia.

El contexto literario de los Nadaístas, se da “en la década de los 50’s cuando el poeta Jorge Gaitán Durán, oriundo de Cúcuta y que después de viajar a Europa, vuelve a Colombia y funda la revista cultural Mito con un grupo de poetas llamados los cuadernicolas”. Afirma el médico general Juan Fernando Uribe, un cercano amigo de los Nadaístas, quien en entrevista contó a grandes rasgos hechos relevantes al movimiento. En donde dice además que aquella época estuvo enmarcada de conflictos entre conservadores y liberales, los católicos y los impíos; dando unos años sangrientos de intolerancia e incomprensión en las ciudades y campos de Colombia.

Sin embargo, el Nadaísmo, viene de dos términos. El uno ‘nada’ es la ausencia de cualquier ser o cosa. Y por el otro lado esta  ‘ismo’ que es sufijo y significa doctrina, sistema o modo. Lo dicho anteriormente, afirma que el nadaísmo para ser lo que debería se concibe desde postulados del existencialismo, nihilismo la generación beat.

Fue un caldero de ideas en pro de desmontar ideas preconcebidas el materialismo, la doctrina católica. Por tanto sus manifiestos: “primer manifiesto nadaísta”, “manifiesto al Congreso de Escribanos Católicos”, “manifiesto nadaísta al Homo Sapiens”, “los puritanos y moralistas de la sociedad burguesa”, por mencionar algunos que distan de la capacidad de panfletos, poemas; permeados de situaciones de orden político, social y religioso. Su bandera, entonces era la de hacer crítica al status quo de la época.

Los nadaísta, acogieron ideas orientales, ese despojarse lo cuanto es el consumo, el mercantilismo, las ideas preconcebidas, la recalcitrante mojigatería que  cohabitan esta ciudad de apartamento-dormitorio. Su propuesta entonces era irse en contra de esa época persuadida en la doble moral, el materialismo, el poder queriendo más poder.

Con una conducta asumida como normal, bajo los parámetros de lo católico, pues la iglesia quería y deseaba seguir siendo un príncipe. Entonces entran los Nadaísta a punta de panfletos con cara de tumba-ídolos. Sin embargo los engranajes del sistema político, social y religioso de la época, los encaminó  a que les iba ser difícil hacer un cambio en el mundo, este terruño llamado Medellín.
Con el fin de ser nada más que existencia, un existir que se apagó cuando Gonzalo Arango tuvo el accidente automovilístico en el 72, en donde perdió la vida.

Es verdad, el Nadaísmo llegaría a su fin con su gran expositor y panfletista: el profeta. Que quiso enérgicamente cambiar a una sociedad que solo buscaba mantener las “buenas costumbres” a costa de un pueblo vendado a punta de leyes y normas con su rezo dominical.

El nadaísmo debe surgir, como una propuesta ya no rebelde sino una propuesta que dejó expuesta Gonzalo Arango.

Un compás caricaturesco que quiere el dedo en la llaga; por el hecho de una sociedad “evolucionada” en el individualismo y un hedonismo mal entendido, dentro de una cultura light. En su corriente lleva una juventud desmotivada intelectualmente, desde la clase alta. No sucede entonces con la clase popular, estos jóvenes son más pensativos e inquietos. Así uno vea lo contrario en los medios, ese efecto del consumismo en la clase media alta. Pero la clase popular es una juventud que explora, se mueve, se inspira; es una franja de jóvenes que son curiosos. El nadaísmo sería muy interesante rescatarlo porque continuaría poniendo el dedo en la llaga.

Por ese tejido de despojarse de las ideología, diálogos prefabricados. Dando paso desde su desnudez a construir nuevos advenimientos culturales para crear un hombre nuevo; justo, digno y creativo.

“Abriría nuevos interrogantes para salvar el mundo de la anarquía y el caos. Se está viviendo la cultura del desamor: no me importa quién eres tú, desde que no me afecte a mí. Es un estoicismo pequeño burgués muy mal entendido”. Palabras menos, palabras más, me dijo éste hombre Juan Fernando Uribe, un enamorado de los Beatles y desde luego influenciado por los nadaísta iconoclastas los Nadaísta, su plástica, su poesía, si se analiza a conciencia, es una poesía caricaturesca con tintes del maestro Fernando Gonzales, quien afirmó  y lo parafraseo: los nadaísta es una generación que movilizará las conciencias ante tanto “pacato” que hay en Medellín.


Lata de conservas

VII
La propuesta siguiente para éste blog de producción de prensa, es un hibrido entre diario y artículo, donde se conjugará lo narrativo con lo informativo y lo poético. Luego de esto se mostrará el artículo informativo.

Lata de conservas

I
     Abro la lata de conservas y uno espera un olor fétido o por lo menos un olor dulzón o insípido. No es así, es extraño, no hay olor alguno, es como si fuese un no contenido, un vacío incoloro.  No  lo sé con exactitud.

Hace mucho, había cerrado la lata de conservas, bueno,  no es la única, a la que me refiero, es a otra lata de conservas, quizá las demás han tenido ese olor a lo inminente, eso llevado dentro de mí: un hacedor de palabras. No lo puedo negar, en ocasiones abro una lata de conservas y pienso si tomaré ese mismo camino: comerme su contenido y ser lo consumido.

Estas latas llevan una etiqueta como las latas de los supermercados de las ciudades decorativas, abarrotadas de precios y publicidad consumista. Las mías, viven en la alacena, debajo de libros y pancartas de sentimientos; Sé, de lo acontecido de algunos días, abrí una lata de conservas y extraje un poco de agua tinta con mi pluma fuente y escribí unas cuantas impresiones, llámense poemas o palabras poéticas, de cualquier modo eran letras encajadas una de tras de la otra con sabor a mis lecturas recientes y entrevista a las orlas del nadaísmo.

También con sabor a Olivia, mi amiga quien vive en Buenos aires. Esa noche la extrañé. Quise dedicarle unos textos, sabiendo de ante mano, no habría respuesta. A mi asombro, Olivia escribió, en breve dejó un extrañarme y de paso preguntarme por el nadaísmo y el Bicentenario. Entre tanto recuerdo a Olivia, con quien tengo un mutuo sentimiento de pancake con miel de Maple, a la hora del desayuno.

Ahora, abro ésta, sinsabor, un agua tinta de colores; mi pluma fuente, absorbe como es de costumbre y termino por decir bobadas en esta media noche entre un café y un cigarrillo.

No suelo  escribir con “naturalidad”, decir: lata de conservas. Lo he considerado como una frase demasiado silvestre, hubiera preferido mencionar algo con sabor poético, sin necesidad de mencionar esa frase corriente. No me acostumbro a jugar entre palabras formales e informales, como así les he llamado.

Lo que pasa es algo complicado, hace tiempo he venido mejorando mi hablar y mi escribir, con ello, tener un lector medianamente diestro en la comprensión de un lenguaje y otro. Aunque esto es pura mierda, a la larga, los lectores no se buscan o se arrastran desde sus cabellos a que lo lean a uno. El lector, surge con el tiempo, a veces por amor al autor y otras por curiosidad.

No lo puedo negar, la gente de Medellín les gusta lo burdo, lo escueto. De algún modo se sienten identificados, si hablas como gamín de cuarta, así se sentirán a gusto con la lectura; eso es irónico, en éste valle de la eterna primavera-balacera, sabiendo lo mojigata y goda que es.

Vaya uno a hablar a lo literato y te mandan a freír espárragos o salen con la expresión “no te entiendo”, “es muy lindo”, a veces pienso: lo dicen por el hecho de no ser ávidos lectores o porque su inteligencia de obrero, no les alcanza para ir más allá de las palabras. El trabajo les da un mínimo de capacidad, así lo desean los burócratas, con el fin de que el pueblo no sea libre pensador – obrero-engranaje para la gran máquina tecnológica–.

Lo cómico, cuando me siento a leer algunos autores que tiene una escritura bien armada, esas, de necesitar completo silencio con el fin de entrever lo dicho por el escritor en una frase o en un párrafo como lo es, al fumarme “obra negra”. Yo no me pongo con pendejadas, de no entendí, no me gusta, es demasiado obtuso o absurdo. Bobadas de esas. La verdad, si me tomo el interés de leer así me hablen en chino.

Siempre he considerado que los libros merecen ser leídos, así sea el más abstracto o el más cursi o burdo. Creo, es una cuestión de apreciación literaria, en donde se sabe en la medida de la lectura qué quiere decir, el mismo texto se ha de defender por sí solo, ya lo dijo Zuleta, cuando habla de la lectura y hace mención de Nietzsche, en donde dice lo de rumiar, hasta desencajarse la mandíbula, de tanto mascar. Así ha de ser, ese leer y comprender, –tener el esfuerzo de leer con aguda atención–. [1]

Lo más curioso,  a la hora de terminar este texto y se lo lea a alguien, va quedar pensando: qué carajos fue lo que dijo este tipo. Es increíble, al hablar escueto, burdo, soez, algo como les gusta a ellos y son las lecturas “comida rápida” como dice Ángel Galeano H. que es como “comer papas a la francesa con sabor a limón o a pescado o a pollo refrito”.

Así le gusta a la gente, consumir bagazo, algo para llenar sus cabezas atrofiadas, de quién sabe alguna publicidad barata y de poco concepto. Deciden eso, pues no les gusta pensar, les da dolor de cabeza, no, hablando en castizo: ¡que hartera eso!

A lo mejor, no tienen ni idea qué es una lata de conservas, quién es Zuleta, Nietzsche ni mucho menos de lo que hablo. Quizás pensaron que les iba a hablar sobre un producto y como se comercializa en los supermercado de cadena o como llegó a través del TLC con unos cuantos lagartos y su politiquería, en el borde de sus bocas llenas de sabor burocrático de dinero verde y oro negro.

Rechonchos políticos como los sacerdotes y pastores que buscan en sus feligreses una ayudita económica para sus arcas y sus viajes al extranjero, ¡claro!, el único país que conocen y solo existe: Estados Unidos. Para ellos, los demás países quedan fuera de este mundo. En el que vivimos, lo tiene el tío Sam, no del gobierno o del ejército, sino de las súper marcas norteamericanas, con su técnica de bombardeo para consumir como si fuéramos toneles sin fondo.

Tendrá el lector, alguna puta idea de lo que hablo, un tonel. Solo falta que diga, es una palabra demasiado intelectual. Por su puesto, para su agusanado pensamiento, lleno de “comida rápida”, siliconas y bisuterías.

Que tal, hubiera empezado este texto con las usuales palabras, de ahora años, a lo mejor ni terminarían la frase, por notarlo demasiado intelectual o demasiado ostentoso; para sus gustos de corazón buitreado, al son de las porquerías tragadas en cualquier carrito de “comidas rápidas”. Y entiéndase, no critico a la noble gente que se gana el sustento con perros calientes, ensaladas inexpresivas, acompañada con una Coca-cola a la mano, mientras, esos clientes se desviven por el descote de la publicidad andante, sentada a su lado; un tipo modelo de revista de farándula o sacado de algún reality show con su hedonismo hasta en su lengua.

Quien prefiere andar por el modelo de Barcelona, tan en boga en cuanto país quiere ver a sus calles habitadas de zonas rosas, en donde cohabitan tiendas, restaurante de comidas rápidas, bisuterías y electrodomésticos con fecha de caducidad, al instante de comprarlo, pues al segundo ya hay un nuevo artículo en el mercado; acompañados a diario por el último grito de moda de los andantes con cara de turista, tanto los de acá como los que vienen de otras latitudes. [2]

En ciudades que no son estructura sino decoración[3]. Si fuese de estructura, remitiría a tiempo largo, ostensibles en un hacer de vida social implicada en el guardar, conservar. La verdad no es así, ahora, son ciudades que su constante, es el cambio hora tras hora. Así mismo pasa con lo escrito, se busca, ese texto light para pasar a otra cosa, a otro hacer con base al despilfarro, acompasado a los créditos desbordados en cuotas.

II
Queda un largo silencio ante lo escrito; una propuesta de lenguaje castizo y literario, llega a este instante, luego de largas horas sin tomar esta lata de conservas, a la larga no es para reivindicarme con mi lado, esa voz, una voz guardada hace meses. Quizá por mis últimas crisis de escritura, en donde he tenido que sentarme a meditar a conciencia, lo tanto dejado en papales amarillos, blancos y digitales. Será entonces, hallar una comprensión de esto, venido de lo vivencial, de lo ocasional, o de las lecturas, aquellas de los libros y de los monólogos de quienes escucho a la hora de una cerveza, vino o café con sabor a trozo de chocolate.

Usuales conversaciones, en el diario de los días, de este náufrago de la ciudad, viviente con amnesia de su pasado. Ando, por entre sus calles, en ocasiones en la noche virtuosa de luces artificiales, otras, en lo diurno por los andenes, donde pasa la señora con su sola soledad y su perrito tacita de té. Quehacer, acostumbrado mis ojos nostálgicos, de lo que fue Medellín ahora 80 años. Tanto, increíble, como lo es, las lecturas en las que veo a un Gonzalo Arango en búsqueda de hacer un tejido de nada y de empanadas, café y unos besos en los pechos rosaditos de algún amor, embebida de su voz profunda y enigmática mirada. Te hace quedar inmóvil, para escucharle su discurso, ese manifiesto del 58. Con el fin de pellizcar las nalgas de los sobrios sacerdotes, confabulados con el político de turno en el poder Colombiano.

De esto hace tiempo, cuando el movimiento literario el Nadaísmo partió con su vestido de hilos de una Jorge Gaitán Durán y su propuesta Mito. También esos hilos de aquel político en donde decía que su voz es el pueblo y que él era el pueblo mismo, este hombre asesinado en el 48, Jorge Eliecer Gaitán. En esta ebullición de ideas, se entrevé a un Gonzalo Arango, dispuesto a sacudir las cabezas de pacatos, mercantilistas que impusieron sus normas y doctrinas a punta del miedo a Dios y de armas de fuego.

A lo que me refiero con lo anterior, el contexto literario de los Nadaístas se dá en la década de los 50’s cuando Jorge Gaitán Durán un Cucuteño que vivió parte de su vida en Europa; a su regreso funda la revista cultural, Mito. Con un grupo de poetas llamados los Cuadernícolas. Por tanto, Mito, fue el lugar para escritores nuevos y reconocidos, en una época de conflictos entre conservadores y liberales, dando una de los años más sangrientos que tuvo Colombia.[4]

Si nos ubicamos en esa margen, en donde los partidos se disputaban el poder; los Nadaístas estaban ahí, viviendo y padeciendo los atropellos a la juventud. Entonces, lo que oliera a mojigatería, modernidad mercantilista, hombre-máquina; siguiendo parámetros de la normatividad y las leyes de Dios. Los nadaístas debían manifestarse.

Es evidente, en esos momentos escuchar desde un pulpito que los liberales son los malos, los impíos; al campesino común y corriente eso se le cala en los huesos. A raíz de eso, surge la revista cultural Mito de Jorge Gaitán Durán, en Bogotá, en 1955, la cual tuvo una corta duración debido a la muerte del poeta en un accidente aéreo el 21 de junio de 1962.

Nos ubicamos en un país en guerra entre los católicos y los impíos, los conservadores y liberales; el campo estaba en completa postración; ensangrentado, debido a las batallas que fueron bárbaras. Por ese entonces el presidente era Laureano Gómez, en el año 51, derrocado en el 53, por Gustavo Rojas Pinilla, quien fue un general golpista conservador, el cual trató de pacificar al país y más o menos lo logró. Luego en el 58 llegó el Frente Nacional, comenzando con Alberto lleras Camargo, desde ese momento los dos partidos se fueron turnando el poder, hasta el 78 con el último presidente del Frente Nacional que fue Julio César Turbay Ayala. Tenemos en ese contexto de los años 50, una pugna por recuperar el poder la iglesia católica. [5] Y el nadaísmo enfilaba gente a su idea de sacudir los cráneos agusanados de poder y mercantilismo.

Desde este panorama, en Medellín, a mediados del 58, se hizo un congreso de intelectuales católicos, precedido por René Uribe Ferrer, que era el intelectual más católico que había en el país. Entonces se iban a reunir en el Paraninfo de la Antioquia. Gonzalo Arango que en ese tiempo tenía 27 años, porque nació en el 31 en Andes. Se reunió con otros jóvenes menores que él; Jotamario es del 40, Eduardo escobar es del 43, Darío Lemos es del 42 –fue uno de los mejores poetas que tuvo el nadaísmo-, Amílcar Osorio es del 40, Jaime Jaramillo escobar X504 es del 32. Acompañados de otros muchachos quienes siempre les hacían corrillo y andaban como si fueran una “patota”, a infinidades de partes; una de ellas, el de hacerse entre las calles Junín con Maracaibo; en un sitio llamado Versalles, al frente quedaba un salón de villares, al lado de Versalles había un Grill, Miami. Entre este y el otro se mantenían turnándose, huyéndole a la policía y en especial a un detective que le llamaban el “ñato”, que siempre quiso darles captura por ser bebedores y marihuaneros. Cuando se terminó el Miami, continuó sus encuentros en el Metropol.[6]

En el que se reunían a escribir, fumar, jugar billar. Como decía, hubo éste congreso de católicos, en donde ellos tiraron un pedo químico; eso se dañó, todo el mundo salió huyendo como pepa de guama. Luego, en misa de domingo, de eso de las doce del día, en la Iglesia Metropolitana, los muchachos cogieron las hostias y las tiraron contra el piso y las pisaron. Ante esto, a Darío Lemos, el obispo casi lo apuñala con un Cristo, casi lo mata, sino se lo quitaran de  encima al padrecito. De ahí, encanaron a Gonzalo Arango y estuvo un mes en la cárcel de la Ladera. Estando en reclusión escribió: memorias de un preso Nadaísta, un texto bellísimo por su lírica y su poética del lenguaje. Sumando a otras obras que hizo en vida como: Sexo & Saxofón, Obra Negra como también obras de teatro y reportajes para la revista Cromos. [7]

El camino de Gonzalo Arango estuvo permeado de situaciones de orden político, católico y social, llenando sus ideas para manifiestos y criticas ante el status quo de la época. Cuando el nadaísmo ya se hacía recurrente en los comentarios de pasillo, en los parques y entre los literatos conservadores y liberales, para ese entonces, los Nadaísta se trasladaron a otro lugar para seguir con sus charlas de lecturas y noticias de periódicos.

Por ese entonces de los 70, estuvieron con sus costumbres en un café llamado Ópera, mismo nombre del cine que había al frente de este mismo; por esa misma calle estaba la librería Aguirre, a la cual pasaban para saber las últimas novedades en literatura, filosofía. Siguieron nutriendo sus postulados, con tonos de lo existencial, lo nihilista, la generación beat, los poetas malditos y el pop art.

El nadaísmo fue un caldero de ideas, que estaba en pro de dejar en pelota cuanta doctrina e ideas preconcebidas. Con el fin de ser nada más que existencia, un existir que se apagó cuando Gonzalo Arango tuvo el accidente automovilístico en el 72, en donde perdió la vida. Es verdad, el Nadaísmo llegaría a su fin con su gran expositor y panfletista: el profeta. Que quiso enérgicamente cambiar a una sociedad que solo buscaba mantener las “buenas costumbres” a costa de un pueblo vendado a punta de leyes y normas con su rezo dominical.

III
Ante lo nombrado en este media noche en que me hayo de cabezas en la lata de conservas, encuentro demás, palabras para decir esto o aquello, a ver si por lo menos estos “insectos” humanoides, entienden de una buena vez a que vengo hacer a esta hora; en que tomo café, fumo y me hago el imbécil para no comer, sino más bien en entretenerme con estos muchachos y muchachas que buscaron entre licores y marihuanos: No callarse nada.

Ideas para seguir pellizcando las nalgas a los burócratas y sacerdotes de pacotilla. Por tanto, sigo pensando en aquella señora con su perrito de tacita de té, al compás de mis pensamientos de que los Nadaísta, su plástica, su poesía, si se analiza a conciencia, es una poesía caricaturesca con tintes del movimiento beat.

En definitiva eran muchachos y muchas iconoclastas, callejeros, rumberos; incluso influenció de algún modo a mi entrevistado Juan Fernando Uribe, un hombre romántico y dispuesto a promulgar paz y amor, así suene trillado y toda la cosa de esos años 60, es una propuesta con su significado y significante que hay que darle su importancia.

Que puede perfilar, esa búsqueda de hacer mejor a los seres humanos que rondan de un lado a otro como la señora del perrito tacita de té que en algún momento perseguí para preguntarle que si oyó alguna vez a Gonzalo Arango o si su perrito supo algo acerca del nadaísmo y su vanguardia en poner el dedo en la llaga al satus quo. Pero no, resulta que la señora huyó despavorida en el instante de acercarme con la Obra negra y leerle el manifiesto al homo sapiens.

Esta serie de palabras y palabras, encajadas en una serie de coherencias e imágenes de lenguaje castizo y literario; me hace pensar, que el nadaísmo, es la filosofía de la nada, la cual implicaba muchas tendencias, muy bonitas como lo afirmó el médico general juan Fernando Uribe.

Por consiguiente, acogieron ideas orientales, tomando de allí, ese despojarse lo cuanto es el consumo, el mercantilismo, las ideas preconcebidas, la recalcitrante mojigatería de muchos humanoides que habitan y cohabitan esta ciudad de apartamento-dormitorio. Su propuesta entonces era irse en contra de esa época persuadida en la doble moral, el materialismo y el poder queriendo más poder.

Con una conducta asumida como normal, bajo los parámetros de lo católico, pues la iglesia quería y deseaba seguir siendo un príncipe a todo dar. Entonces entran los Nadaísta a punta de panfletos con cara de tumba-ídolos para dejar títeres sin cabeza. Sin embargo, los engranajes del sistema político, social y religioso de la época, los encaminó  a que les iba ser difícil hacer un cambio en el mundo, su mundo, este terruño llamado Medellín.

Con lo dicho anteriormente, me tomo el descaro de decir más, porque nunca esta demás, contar, cuando estuve haciendo la entrevista a este hombre maravilloso por su ser iconoclasta, por su voz que te contagia ese amar, ese creer en el amor. Me contó en breve, ideas que a mi modo de ver sería fundamental. Pues si ya se sabe que el nadaísmo ha muerto en un automóvil por allá en el 72. El nadaísmo debe surgir, como una propuesta ya no rebelde sino una propuesta que dejó expuesto Gonzalo Arango, así que para que aprieten nalga les dejo un poema muy interesante.

“Abandono la tumultuosa taberna por la soledad creadora. Y daré testimonio de mi actitud nadaísta a través de la creación y no de la alucinación. Cambio la pereza por la contemplación. El aburrimiento satisfecho por la desesperación creadora. El silencio por la protesta. Elijo la nada que tiene un porvenir en la vida, al vacío que no tiene porvenir  en nada, y que equivale a la muerte. El verdadero nadaísmo reclama este espíritu viril, este espíritu que convertido en actos dará testimonio de nosotros. El nadaísmo no ha muerto, sino que toma conciencia de sí mismo, se supera, nos hacemos responsables de él, y lo tomamos en las manos para pesar su importancia y medir sus alcances. Deja de ser lo que es para ser superior a sí mismo”.[8]

Esto no es más que un abre bocas de haberme metido de cabezas en la lata de conservas con sabor a polución, café, hierba y palabras con su tono de nada, nada, nada. Un compás caricaturesco que quiere el dedo en la llaga; por el hecho de una sociedad “evolucionada” en el individualismo y un hedonismo mal entendido, dentro de una cultura light. En su corriente lleva una juventud desmotivada intelectualmente, desde la clase alta. No sucede entonces con la clase popular, estos jóvenes son más pensativos; es una muchachada más inquieta. Así uno vea lo contrario en los medios, ese efecto del consumismo en la clase media alta. Pero la clase popular es una juventud que explora, se mueve, se inspira; es una franja de jóvenes que son curiosos. El nadaísmo sería muy interesante rescatarlo porque continuaría poniendo el dedo en la llaga.

Por ese tejido de despojarse de las ideología, diálogos prefabricados. Dando paso desde su desnudez a construir nuevos advenimientos culturales para crear un hombre nuevo; justo, digno y creativo.

De ahí, partió este cuento hace unas semanas, cuando tomé la idea de acercarme a un movimiento literario, el cual siempre me dejó la inquietud de por qué no está, de si ahora la juventud será capaz de permearse del nadaísmo, hacerlo neo-nadaísmo o llamarlo también pos-nadaísmo como me lo dijo juan Fernando Uribe, que sería interesante e importante que vuelva para estos tiempos.

“Abriría nuevos interrogantes para salvar el mundo de la anarquía y el caos. Se está viviendo la cultura del desamor: no me importa quién eres tú, desde que no me afecte a mí. Es un estoicismo pequeño burgués muy mal entendido”. Palabras menos, palabras más, me dijo éste hombre, un enamorado de los Beatles. Quien me recuerda unas cuantas palabras de un viejo texto, realizado en el 2010 luego de una conferencia acerca de la violencia y la literatura en donde hablaba de los Negroides de Fernando Gonzales y Angosta de Héctor abad Faciolince.

En fin, el texto es adecuado para este sabor seco de la lata de conservas y al que no le gustó, pues que se joda. Mientras fumo y ya saben, tomo café y escucho música a mi gusto que no viene al caso por ahora. Lo que si viene es el texto: En una mañana de julio salí a tomar el bus para dirigirme al centro, llamado común mente “el hueco”, y en uno de los asientos noté en la expresión de un señor, aquello de lo oído hace semanas atrás:

El miedo aún persiste, es aquello que se guarda en los borde de los parpados, el miedo a decir, el temor de manifestar lo cuanto nos duele el yugo, a la hora de ver las injusticias y atropellos al campesinado, al trabajador, al estudiante, al artista por mencionar unos cuantos. Aún hay miedo a cada instante, de algún minuto y hora. Cada mañana, puede ser el fin. El comienzo de estar inerte, se promulga lo que es incorrecto, arbitrario, ilícito, ofensivo con su doctrina de abuso de poder.

Observé este hombre menudo bordeando sus sesenta años y le pregunté a sus ojos: Cuánto somos miedo, otras veces amarillistas o sensacionalistas. Sus ojos no dijeron ni una gota de sorpresa o incertidumbre, así que me acerqué y le dije en tono amable: somos cómplices en silencio, solo siendo espectadores. Cuánto somos durmiente ante las opresiones, las ilegalidades. A veces son ellos los mercenarios, los traficantes de la muerte con sus matices. Desde el más brutal, hasta el agónico. ¿Y nosotros? ¿Qué de nosotros? Y él no dijo nada, me era asombroso como este hombre era la mínima expresión de lo que alguna vez fue humano; ahora no es más que un autómata dirigiéndose a su trabajo. Sin embargo, le seguí preguntando:

Cuánto somos cómodos, cuántos somos secuestrados por nosotros mismos. Y no permitimos que la razón grite independencia, vocifere libertad, exclame convivencia. ¡No! Lo amordazamos. Lo atamos, lo torturamos, lo ahogamos en la oscuridad. El corazón no se escapa de eso. Como lo es un familiar, un amigo, una pareja, un conocido y un reconocido. Una persona: un niño, una niña, un joven, un adulto; hombre y mujer.

Es irónico como la violencia, es como la vida, son los únicos que no distinguen como Dios y el Diablo, el hecho de ser de alguna raza, de alguna creencia, de alguna ideología, o de algún sexo. Todos son adecuados, al maltrato, al atropello, al despotismo, a la corrupción, al desplazamiento, al racismo y a la negación.

A un sinfín de arbitrariedades que tienen cabida en las clases sociales, económicas, académica, laboral, social, cultural y literario. De ello, en ello.

¿Cómo entonces lograr que las cosas cambien, que no todo sea un animal de sangre? Pero esta modorra, este estado letárgico, catártico, en sentirse sedado; todo cuanto es piel, cuanto es venas y carne, inclusive las articulaciones y huesos. ¿Qué falta? Más sangre, más llanto, más dolor, más angustia; un ángel caído o un redentor.

Seguimos siendo autómatas en un pueblo complejo, en una ciudad trajinada, en un país consumista, en un continente mundano, en un mundo globalizado. Seguimos siendo una serpiente comiéndose su cola a su máxima lentitud, tanto así que no nos damos cuenta, —o si no la damos, lo dejamos de largo, porque otro día, y otro día será que hagamos algún cambio, por ahora sigamos en lo que estamos—, es estar a lo proporcional a lo anteriormente mencionado, porque son círculos viciosos que nos tiene confortantes mientras nos vamos amurallando, en el auto, en la calle, en la casa, en la acera, en el trabajo, en la mesa, en la academia, en la ropa, en el barrio, en el habla, en la ciudad, en la mirada, en el país, en la rumba, en el continente, en el ordenador y en el dormir.

Notas:
[1] Zuleta, Estanislao. Elogio de la dificultad y otro ensayos. En: sobre la lectura y la ideología. P. 69

2 Delgado Manuel. La ciudad mentirosa. Fraude y miseria del “modelo de Barcelona”. Editorial Catarata. 207. Pag 12
3 Delgado Manuel. El animal público. Editorial Anagrama 1999. Pag 25

4 Uribe Juan Fernando. Médico general. Amigo cercano de los Nadaístas a principio de los 70. Entrevistado para el artículo acerca del Nadaísmo, el día 17 de septiembre a las 4 de la tarde. Medellín 2013

5 Uribe Juan Fernando. Médico general. Entrevistado.

6 Valencia Elmo. Bodas sin oro cincuentas años del nadaísmo. Edición y producción editorial Rocca. 2010. Pag 54, 71

7 Uribe Juan Fernando. Médico general. Amigo cercano de los Nadaístas a principio de los 70. Entrevistado para el artículo acerca del Nadaísmo, el día 17 de septiembre a las 4 de la tarde. Medellín 2013

8 Valencia Elmo. Bodas sin oro cincuentas años del nadaísmo. Edición y producción editorial Rocca. 2010. Pag 54, 71












Migas de papel en el andén

VI
Lo expuesto en puntos anteriores han sido recopilaciones de información para mostrar el trabajo analítico, reflexivo y comunicativo, con el objetivo de dejar ideas para debates, críticas y sugerencias. Sin embargo, no hacen parte de la asignatura producción de prensa, pero le dan un cuerpo a este blog. Lo siguiente viene de la mano de otras lecturas y observaciones con un estilo narrativo e informativo, lo cual no es calificable, sino más bien dejar en este blog ideas que muestren una realidad. Lo siguiente entonces, son otros apuntes que también no están bajo una directriz fechas que marquen un diario a seguir. Lo que se pretende es, como ya se ha dicho, abrir debates para generar nuevo conocimiento. 

Crónica uno

MIGAS DE PAPEL EN EL ANDÉN

     Hay un camino de migajas de papel que a cada paso deja en la  acera como si fuesen vestigios para ser encontrado por la vía Maturín, por donde él sigue haciendo rutas en zigzag al compás de su cuerpo maltrecho, sucio, fétido.

     Él camina por la calle peatonal Carabobo; en su trayecto revisa los botes de basura para encontrar papeles azules, amarillos, blancos, rojos; se queda con ellos para rasgarlos uno a uno, a la vez que los suelta con su despacioso caminado en el que deja su estrés, pues el cortar papeles es desestresante, y así se dirige a la Iglesia de la Vera Cruz.

    Él, anda a paso lento hacia el Palacio Uribe Uribe, con su camisa grisácea, pantalón café, chanclas tres puntadas, lleva en el hombro una bolsa y en la cabeza un sombrero verde espinaca; de esta manera, deja atrás pequeños signos de su olor y papeles como si fueran sobras de ausencia, búsqueda de sueños ahuecados ¿Todo eso para hallarse, devolverse? Lo que pasa es que son huellas de sus pies llenos de polvo que lo rodean y lo llevan por las aceras de los Centros comerciales que desplazaron a las cantinas, las prostitutas, dando paso al comercio popular.

     Él sigue con su cuento infantil ahora por la calle peatonal de Junín, buscando hojas de colores y a veces descubriendo dentro de esos botes vasos medio vacíos de gaseosa, jugos, cafés y si está de buenas sobras de comida como arroz, papas fritas, tajadas de platano, entre otros alimentos que la gente deja porque está vinagre o porque simplemente lo dejan para que alguien, como en el caso de él, lo recoja y se alimente y así seguir con su miseria humilde sin molestar a nadie ni por su llanto ni por su hambre que nunca termina como sus parásitos que lo alimentan de esperanza.

     Guillermo Gutiérrez solamente para eso sobrevive, pues desde que llegó en los años 80’s desde Santuario de la vereda Portachuelo, en la que perdió a su familia  por la guerrilla que desolaba, desplazaba a diestra y siniestra todo cuanto campesino viviera por esa zona, así mismo en Granada, Marinilla.

    Entonces, cuando llegó hace tres décadas fue a parar en una ‘casucha’ cerca de Moravia, la cual fue comprada con lo poco que subsistió cuando tuvo que huir de su pueblo, en especial de la vereda Portachuelo, en una de esas mangas, él tenía su rancho  donde labraba la tierra, sembraba allí hortalizas y verduras hasta que una noche unas botas empantanadas pisaron los corredores de su casa, pidiendo de forma arbitraria esa tierra o un tributo; luego todo fue gritos, sangre, huir.

    A los pocos días de instalado, se fue de eso a las seis de la mañana a Guayaquil –llamado hoy en día como ‘el hueco’-, en búsqueda del ‘rebusque’. Montó en la acera cerca del almacén Los Marinillo –un local en el que venden ollas y enceres-, su carrito de mercancía que difería según el momento, si era temporada decembrina, entonces se conseguía todo lo pertinente a ello: luces, pesebres, juguetes, postales.

    Si era temporada escolar entonces exhibía todo cuanto al papel de dibujo se refiere, como también al de escritura, y de paso la muestra en público de lápices de colores, de marcadores, borradores de todos los tamaños, sacapuntas y la cartilla Nacho, el libro inicial de lectura.

    Otras veces, si era temporada de madres, se llenaba su carrito de madera, en cuanto a artilugios se refiere a ese evento. Así eran esos años en que el ese sector ya dejaba de ser de solo bares y putas, para pasar a ser comercializadora desde los Sanandresitos hasta los vendedores ambulantes, debido a los desalojos forzosos que tuvo que padecer gente de toda la región Antioqueña, y así mismo en ese sitio en que él vende entre Maturín y Cundinamarca otros también lo hacen en la calle venta de cachivaches, ropa, ‘chunchurria’, frutas, verduras, hortalizas, revuelto, así mismo como la butifarra y papas fritas.

    Guillermo Gutiérrez siguió en ese menester en que se llega a las 8:00 am y al finalizar el día a las siete pasadas de la noche, lleva su carrito a un depósito al lado del centro comercial Los Panches; luego de dejarlo allí se va a una de las cantinas por la calle Amador, encontrándose en la entrada una canción de tango y unos cuantos amigos en la mesa tomando aguardiente, fumando a gusto y con tres mujeres sentadas a ambos lados de ellos; casi siempre al finalizar labores, departía con sus amigos acerca de futbol y que hubiera sido si Gardel estuviera vivo, a lo mejor lo sentarían al lado de ellos para que le cantara “mi noche triste” o “cambalache”.  
    
     Otras veces cuando no paraba ahí, era porque se iba a los billares que quedaban diagonal al Hotel Nutibara, allí también  se gastaba lo que se ganaba “pues el que no llora no mama” y así chupaba aguardiente, apostaba y hacia carambolas cuando su artritis no lo jodía porque si no lo perdía todo como sus amores que no era ni de verano ni de primavera porque “De noche, cuando me acuesto no puedo cerrar la puerta, porque dejándola abierta me hago ilusión que volvés”.

    Eso pensaba él cuando a la cama se metía con licor hasta la médula de sus huesos, para levantarse al otro día y seguir con los avatares de los días en la ciudad de la eterna primavera al compás de la perdurable embriaguez del que ahora duerme su cuerpo cansado y sudoroso. De ese modo, con sus malos hábitos, fue lo que lo llevó a hacer malos negocios a mitad de los años 90’s, cuando ya no le alcanzaba para comprar artículos para alguna temporada que se avecinara. Entonces cambió de oficios, de lustrabotas pasó a cuidador de carros, pasado eso a ‘bultero’ en la Plaza de la Minorista, por la avenida Ferrocarril.

    Estuvo en ese trabajo por varios meses y con lo que ganaba, ya no conseguía para ir a los billares, a las cantinas de la calle Amador; poco a poco su dinero solo le daba para comprar ‘el diario’ pagar una pieza por la avenida de Greiff con Cúcuta. Fue por ese sector en que tuvo un amorío con una prostituta, esta que a la vez tenía una amiga, y que esta se acostaba a escondida con el compañero de la otra.

    Fue así en que una mañana tuvo un ‘tropel’ con ellas dos, al pie de una cantina, con botella rota y una pierna de una de las putas estaba cortada; ellos tres estaban ahí “bebidos hasta la madre” luego de haber discutido, gritado, pegado, cortado. Días después cada uno dejó de saber del otro; así mismo sucedió en el trabajo que dejaron de saber de él, que no volvió a parecer para cargar y descargar bultos.

     De ese modo, Guillermo Gutiérrez siguió con sus pérdidas y dejadez por donde andaba y dormía; primero fue su familia, luego su casucha, y acto seguido el trabajo en la Minorista, de igual manera los lugares que visitaba como las esquinas de la Vera cruz, ya no le fiaban  ni le daban a cuidar sus negocios en la noche, debido a que empezaba a robar para seguir en su ’beba’. Así lo fueron desplazando como le pasó a él años atrás, ahora es el turno de él en que se va sintiendo marginado en cada lugar en donde le conocían como ‘guille’.


     De nuevo se perdió varios años de la zona, que ahora ha sido peatonal todo el sector de la calle Carabobo, lo mismo el viaducto del metro por la calle de Maturín, así mismo la avenida del río que tiene un camino por donde la gente pasa al borde del río Medellín que linda con la plaza de Toros, ese sector, fue idóneo para ‘guille’ pues se encontraba con los mismos que él, así como se les llama, ‘desechables’ que su oficio es ir de bote en bote buscando qué comer, qué beber y en este caso ‘guille’ busca algo más, para dispersar la mente, para ocupar sus manos en algo mientras espera alguna moneda de algún transeúnte por la avenida San Juan, por donde va ‘guille’ pasando cabizbajo cortando papelitos con su transitar por la calle que linda con los Edificios Carré y Vásquez que le dan sombra a este andariego que lo único que tiene, es lo que tiene puesto.